El Gobierno argentino inauguró este lunes en Córdoba la reversión del Gasoducto Norte, una obra esencial que permitirá transportar gas natural desde el yacimiento de Vaca Muerta hacia siete provincias del norte del país, un cambio estratégico en el flujo que antes traía gas desde Bolivia y ahora habilita la posibilidad de futuras exportaciones a Brasil. Según estimaciones oficiales, la iniciativa permitirá sustituir importaciones de gas por un valor cercano a USD 1.000 millones y contribuirá a reducir los subsidios energéticos.
La inauguración se realizó en La Carlota, inicio del ducto, y contó con la presencia de varias autoridades, incluido el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Economía, Luis Caputo; y el secretario de Energía y Minería, Daniel González. También asistieron el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, y representantes de empresas contratistas como Pampa Energía, Sacde y Techint.
La obra, que implicó una inversión de USD 713 millones —de los cuales USD 530 millones provinieron del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF)—, aportará 5 millones de metros cúbicos diarios de gas, con la posibilidad de expandirse en una segunda etapa para sumar otros 4 millones. Esto beneficiará a las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, abasteciendo a hogares, comercios y estaciones de servicio, además de impulsar actividades productivas como la minería de litio.
Esta infraestructura fue impulsada inicialmente por el exministro de Economía Sergio Massa, aunque su finalización se postergó hasta la actual gestión debido a demoras administrativas. La planificación original estimaba un ahorro en importaciones por casi USD 2.000 millones anuales a partir de 2024; sin embargo, ante el retraso en la licitación y avance de obras, fue necesario recurrir a un mayor suministro energético desde Bolivia y de electricidad desde Brasil para cubrir la demanda en este período de transición.